
En el sur de la Ciudad de Buenos Aires, un grupo de vecinos decidió que no podían seguir esperando a que llegara la conectividad a su barrio. Así nació Soldati Conectada, una red comunitaria de Wi-Fi que hoy garantiza acceso gratuito a Internet en más de 80 puntos de Villa Soldati. Lo que comenzó como una iniciativa solidaria en plena pandemia, se transformó en un proyecto pionero de inclusión digital en la Argentina.
La propuesta no se limita a “dar señal”. El modelo organizativo implica la creación de una cooperativa de usuarios que sostiene la infraestructura, capacita a jóvenes del barrio en habilidades tecnológicas y genera empleo local vinculado al mantenimiento y la expansión de la red. Actualmente, cuenta con más de 350 socios activos y miles de personas que se conectan a diario para estudiar, trabajar, acceder a servicios públicos o simplemente estar comunicados.
En contextos donde la brecha digital profundiza desigualdades, Soldati Conectada funciona como un puente. Durante la pandemia permitió que cientos de estudiantes pudieran seguir sus clases virtuales, y hoy es una herramienta indispensable para trámites en línea, acceso a programas sociales y búsqueda laboral.
El proyecto enfrenta desafíos: en 2024 perdió parte de su financiamiento tras la eliminación del Fondo Fiduciario del Servicio Universal, lo que obliga a la comunidad a sostenerlo con recursos propios y donaciones. Sin embargo, lejos de debilitarse, la red se consolidó como un ejemplo de cómo la innovación ciudadana puede suplir carencias estatales y generar soluciones sostenibles desde lo local.
Más allá de la conectividad, Soldati Conectada plantea un modelo replicable: tecnología gestionada por la propia comunidad, con impacto en inclusión, educación y participación ciudadana. Su experiencia demuestra que la innovación urbana no siempre depende de grandes presupuestos, sino de la capacidad creativa y organizativa de la gente.
En un momento en que se discute cómo construir ciudades más justas e inteligentes, esta red comunitaria muestra que la transformación también puede empezar desde abajo, con vecinos que se animan a cambiar la realidad de su barrio y abren el camino hacia un futuro más conectado y equitativo.